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Un DT en crecimiento

Gustavo Romero, el del potrero en la sangre

“Piltrafa” es referente del Club Sportivo Urquiza, donde fue campeón como jugador y como entrenador. Hoy dirige a Atlético Paraná y apuesta al crecimiento de futbolistas locales.

Gustavo nació en Comodoro Rivadavia, Chubut y a los 6 años se mudó definitivamente a Paraná tras el traslado de su padre paranaense que era suboficial Mayor del Ejército Argentino. Su casa está aún en el barrio de La Floresta a pocas cuadras del Club Sportivo Urquiza y allí lo llevó su tía Ñata. “Sportivo Urquiza es mi infancia, mi primer club donde encontré un gran grupo de amigos, una familia”, destacó el referente del V azulada.

“Encontré una categoría 78 fabulosa. Donde estaban Rodrigo Marangoni, Antonio Todoro, jugadores que llegaron. También estaba Pablo López que al tiempo me puso el apodo de Piltrafa”, recordó con gracia Romero quien en sus inicios futbolísticos había jugado a papi fútbol en el sur argentino.

Como jugador conquistó tres títulos liguistas y dos como entrenador. Su faceta como DT la comenzó en el año 2013 con un fugaz inicio en la V Azulada.

“La verdad que soy muy agradecido a Dios, soy muy religioso en esas cosas. Soy muy apasionado en esto y considero que tuve suerte, me tocó en el momento justo y en el lugar indicado”, manifestó Gustavo.

Romero remarcó que su llegada a la conducción técnica se dio con el correr de los años ya que siendo jugador inició con el curso de entrenador y luego se dieron un combo de situaciones específicas para llegar al banco de suplentes.

“Jugando en Atlético Paraná, con el Chueco Ayala como entrenador, me pongo a hablar con él después de un entrenamiento y le digo ‘me parece que podemos hacer esto y aquello’. Roberto me mira serio y me dice ‘cuando seas técnico ponete en el lugar que quieras’- Eso demostraba ya mis ganas de dirigir”, contó con gracia.

Su primera experiencia fue en el club de su vida, pero por un corto tiempo. “Dirigí un solo partido porque en ese entonces yo quería llevar a un compañero, que estudiaba en Santa Fe y él solo podía entrenar un par de días. El presidente de ese entonces me dijo que no le parecía, que no tendría que ser así. Entonces decidí irme”, recordó.

Al tiempo se hizo cargo del Club San Miguel a quien los llevó a la final por el ascenso pero no se pudo dar ante Instituto. ”Pasaron seis meses y me vuelven a llamar del club (Sportivo). Desde ahí fueron cinco años que la verdad que fueron mágicos, soñados”. Piltrafa fue el artífice del título liguista de 2016 tras 15 años de sequía para la institución del oeste paranaense.

“En el 200 tuvimos la suerte de armar un equipo bicampeón y después de eso no pudimos festejar más hasta que tuve la posibilidad de volver al club”, contó.

En la actualidad Romero apuesta a un fútbol rápido y con intensidad de juego. “Uno siempre se adapta a los jugadores que tiene en el lugar que le toca estar. No es lo mismo estar en un club donde los jugadores tienen ciertas carencias a estar en una institución como Paraná donde van todos los días a entrenar, estudian, se cuidan en físico y alimentación. Pero mis equipos siempre fueron iguales, con buen trato de la pelota, atacan con mucha gente, donde lo van a buscar y ser continuamente protagonista.

PRESENTE EN EL DECANO

La nueva temporada de la Liga Paranaense de Fútbol lo tiene al Decano con un buen arranque y con perspectivas a ser protagonistas. “Nos da tranquilidad la predisposición de los chicos que tienen para crecer, para competir sobre todo en la Liga que va a ser competitiva por el nivel de los equipos que se han mantenido tras la Copa Entre Ríos. Eso nos va a llevar a buen puerto”, aseguró.

Ese crecimiento al que hace referencia también apunta a devolver a la institución a las competencias nacionales. “En el club siempre se apunta a eso. Hoy el presente es la Liga Paranaense, por eso hay que ir paso a paso a lo que nos lleve el destino. Mientras tanto hay que seguir laburando”, sostuvo el ex mediocampista que se afianza en la conducción técnica año tras año.

Este nuevo desafío ”me toca en un momento donde estoy tranquilo, más maduro porque me ha ayudado mucho ser ayudante. Me pasó con Hernán Heinze en Don Bosco disputando el Regional y con Julián Lemos con Ministerio en Copa Entre Ríos. Me sirvió para mirarme desde otro punto de vista, siendo nexo entre el DT y el jugador. Eso me permitió llegar más tranquilo a Paraná”

“Piltrafa” siempre fue reconocido en el ambiente por su gran personalidad y que asegura que aún lo mantiene más entre amistades y a la hora de conducir un partido se pone más serio. “Al personaje hay que tenerlo siempre, pero moderado. Cuando voy a jugar los sábados con amigos o a comer soy el mismo de antes, pero en esto de la dirección técnica hay que ser y parecer”.

“Todo el mundo me ha dicho que era muy divertido, como compañero y como rival. Creo que de eso se trata el fútbol, sin quitarle seriedad y responsabilidad, de pasarla bien cuando uno está cómodo en un lugar”, sostuvo.

LA LIGA PARANAENSE

El fútbol doméstico de la capital entrerriana está en constante crecimiento y le da otra dinámica a la competencia y brindando mayores aspiraciones a los clubes locales. “La Liga se ha revalorizado también con la vuelta de Patronato, que creo que es un error que no haya estado porque salió de acá y sirve para que jugadores y clubes de barrio se contagien de ilusión que pueden llegar al profesionalismo”, destacó Gustavo.

“Al no estar Patronato los equipos a vencer siempre eran los mismos, Atlético Paraná o Belgrano. Y la motivación en su momento, cuando Paraná estuvo en el Nacional B, era siempre la misma: todos queríamos ganarle al equipo profesional”, precisó.

Asimismo, Romero fue crítico con los futboleros paranaenses al considerar que al paranaense le falta cultura de profesionalismo. “Durante diez años Patronato ha ejercido su importancia en el más alto nivel y se lo ha ganado muy bien. Pero me pasaba que por ejemplo iba ver jugar a amigos tanto en Unión o a Colón y es distinto. Disfrutas de la previa que se genera dos horas antes”.

“Creo que esto es una etapa, lleva un tiempo poder agarrar esa cultura. Obviamente Patronato tiene una hinchada que lo ha seguido y se ve que es muy seguidora, muy alentadora. El problema no es el hincha propio, el problema es el resto que no acompaña. Cuando tuvimos la posibilidad, porque fueron muchos años donde pensamos y cuándo nos toca a nosotros. Cuando nos tocó no íbamos a apoyarlo”.

“Uno es hincha de un equipo de los grandes, pero cuando le toca al de tu ciudad haces fuerza por el club. En mi caso siempre que no jugaba contra Boca, pero contra el resto siempre deseaba que le vaya bien. Y aprovechaba para ir a la cancha porque era una oportunidad única”, sostuvo Romero.

Por su parte, Gustavo siempre mantuvo el sueño de ser jugador profesional, pero la falta de profesionalismo en la ciudad por esos tiempos fue un factor que no ayudó. “Somos muchos los jugadores que no llegamos en ese tiempo. Pero ahora, junto a Osvaldo Ramírez que sí jugó profesionalmente, tratamos de inculcarle eso a los chicos que aprovechen las oportunidades porque a cinco cuadras está el profesionalismo”.

Además hoy está mucho más cerca o hay más posibilidades de mostrarse para jugar en torneos nacionales hasta llegar a las categorías profesionales. “Obviamente que en esta parte que me toca de ser entrenador, le inculcamos no desaprovechar la oportunidad que tienen, que es estar cerca al profesionalismo”.

“Hoy el jugador quiere salir campeón en su club, no quiere decir que en otro lugar no. Yo siempre les he contado que la competencia que jerarquiza al jugador, al cuerpo técnico, a dirigentes y demás, es el torneo Regional. Eso hace que uno busque ganar la Liga o estar segundo o tercero, así se cambia la intensidad en el trabajo diario”.

El crecimiento que hoy demuestra la Liga, que aún le falta mucho, también tiene que ser parte de un trabajo conjunto con los clubes. “En su momento la Liga daba las semillas para el campo de juego y el club se tenía que hacer cargo de hacer los trabajos necesarios. Los clubes se tienen que poner un poquito las pilas. Aunque reconozco que no es fácil porque en la misma cancha entrenan todas las categorías y es difícil mantenerla”.

MARADONIANO

“Para los de mi época Diego nos marcó. Tampoco tenemos que hacernos los sonsos y decir que Messi no, pero los que somos de esa época el Diego es nuestro ídolo. Y como dijo Aymar, no queriamos ser Superman, queríamos ser Maradona”.

FAMILIA

Gustavo es muy familiero y ellos son sus pilares fundamentales. Hoy disfruta de esta pasión con su familia, esposa Johana e hijos Valentina y Román. “Valentina me hizo crecer demasiado rápido, tenía 21 años cuando ella nació. Juega en la liga amateur, pero es más hincha y junto con mi madre son las que me piden siempre que vuelva a Sportivo. Y Román hoy me saca de quicio, me hace padecer lo que no me hizo Valen hace 21 años atrás”.

Además hoy está muy presente su madre, Ana María “que me acompañó siempre a todos lados. Cuando mi papá ponía calma, ella era todo lo contrario y en ese sentido en carácter somos iguales. Siempre ha sido incondicional junto a mi familia”

Y al que siempre tiene presente en su memoria y en su corazón es a su viejo, Clodomiro Adán Romero. ”Si hay una persona que extraño día a día es a él. Pero lo extraño por el hecho de que no pudo disfrutar a Román Me hubiese encantado que mi viejo le pase sus valores. Siempre remarco que mis amigos querían más a mi papá que a mí. Y eso me daba a mí, obviamente, el amor hacia mi papá. Se me fue justo cuando le había agarrado el gustito a esto”.

Era mi primer crítico siempre. Terminaba un partido y volaba a su casa para tomar mates con él para hablar del partido, me aconsejaba. Lo vi contento, feliz, hasta lo vi llorar en la final del Torneo del Interior en el club donde él me vio crecer. Y me hubiese gustado tenerle más tiempo”, sostuvo.

Foto: Facebook Atletico Parana Of / Album personal / El Pelotazo

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