Saltar menúes de navegación e información institucional Teclas de acceso rápido Nosotros

Juan Siemienczuk, un apasionado que respira básquet las 24 horas

En Echagüe -donde volverá algún día, dice- se formó como basquetbolista y se inició como DT. Tras el paso por equipos argentinos -entre ellos Unión de Santa Fe- y de Bolivia, el paranaense hoy está al frente de Colón. Charla a puro básquet.

Juan Siemienczuk comenzó integrando el staff técnico de Echagüe en el 97’ y en el 2006 dirigió su primer partido como entrenador jefe con 24 años ante Olímpico de la Banda en el Torneo Nacional de Ascenso.

Con respecto a su temprana decisión de dedicarse como entrenador, Juan contó: “En Echagüe al básquet lo tenía todo el tiempo. Recuerdo de chico que una persona que trabajaba en el club me abría las puertas del estadio y me ponía a ver los entrenamientos de Volcan Sánchez. Evidentemente quería ser entrenador y el salto al profesionalismo ya lo tenía claro”.

“Después venía el tema de cuándo saltaba al profesionalismo donde tenía que dedicarme al mil por ciento. La realidad es que nosotros al principio de la carrera vivimos con una inestabilidad notoria, después uno se va acomodando con el tiempo. Hoy es distinto porque los más jóvenes tienen otras posibilidades con más ligas, de profesionalismo con un salario. Antes era más difícil entrar en esa”, reconoció.

“Particularmente nunca me faltó nada para vivir bien, pero estuve piloteando 10 años. No reniego y lo volvería a hacer sin dudas”, dijo el entrenador de 42 años.

Desde su iniciación en la conducción técnica a la actualidad, el básquet ha tenido cambios muy importantes al que Siemenczuk tuvo que adaptarse. “Siempre intenté tener una regla conmigo mismo que es la de innovar todo el tiempo. Trato de jugar todo el tiempo y distinto del contexto general porque me gusta autodesafiarme”.

Con los años uno ve la esencia de lo que le gusta dentro del campo del juego y cómo crea su filosofía de juego. Yo trato de tener esa regla que no puedo permitirme sostener algo en el tiempo a nivel basquebolístico. Soy de mirar mucho básquet local e internacional y veo que las cosas han cambiado y voy en busca de ese juego”

Por ejemplo “antes jugábamos con un reloj de tantos segundos de posesión y ahora es con otro; las rotaciones son distintas ahora es con más jugadores; el ritmo y la dinámica de jeugo es distinta. Va mutando todo el tiempo y lo que yo trato de hacer es dentro de lo que a mí me gusta que es lo que yo puedo transmitir”, destacó.

Y aseguró: “Cuando vos transmitís algo que dominas, el juego lo compra. El jugador quiere conocimiento, porque sabe que el conocimiento lo hace mejor y quiere ser mejor entrenado. Eso nos obliga a nosotros a innovar todo el tiempo. Yo no puedo usar una receta que utilizaba hace diez años cuando el contexto era otro y cuando las reglas eran otras, cuando el ritmo de juego era otro”.

Asimismo, el entrenador reconoció que con el paso del tiempo se siente mucho más seguro consigo mismo. “Cuando uno empieza lucha consigo mismo para no querer fallar y de querer encontrar una identidad propia. Siempre tuve el miedo a la no victoria, a no sentirme identificado con lo que hacía y encima una inexperiencia lógica de alguien que debuta. Entonces lo que cambió prácticamente de ese tiempo a ahora es eso solamente el recorrido”.

Con 20 años de experiencia, Juan recuerda tanto las buenas como las malas decisiones. “Siempre trato de tener bien en claro cómo fue mi camino. A Veces reviso un poco y me cuestiono porqué hice esto o aquello y en ciertas situaciones me río de mí mismo”, recordó y contó la anécdota de los carteles en el vestuario.

“Una vez puse tantos carteles en el vestuario que creo que cuando los jugadores terminaron de leerlo no se acordaban que decía el primero. Salimos a la cancha y nos chocamos entre nosotros. Esos jugadores seguro no quieren leer nada motivacional en su vida. También me pasó con un video de Gladiador que estaba de moda en ese momento. Estaban golpeados por el video. Terminó el juego y le digo a la persona de la idea excelente idea. Perdimos por 30 puntos”, recordó con humor.

ATLÉTICO ECHAGÜE CLUB

El AEC tiene muchos significados para Juan Siemienczuk. Fue y sigue siendo su segundo hogar, el lugar donde transitó su infancia y donde se formó como persona. “En su momento me sentí muy contenido, ahí hice mi grupo de amigos y es donde pude desarrollarme como deportista y como entrenador”, destacó.

“Fue hace mucho pero no me olvido de todo eso. Es un lugar donde llegado el momento volveré a nivel laboral e intentaré dar lo mejor para que esté de la mejor manera posible. De eso no tengo dudas”, precisó Juan.

PRESENTE DEL BÁSQUET ARGENTINO

Juan tiene una mirada crítica sobre la actualidad del deporte en nuestro país y cuestiona las decisiones a nivel organizativo y dirigencial que no permiten brindar el máximo potencial como lo fue en el 2000.

“Mi sensación es que a nivel profesional no estamos a la altura. La verdad no me interesa generar polémica, pero la realidad es que a mi forma de interpretar las decisiones deportivas que se han tomado, a nivel organización de nuestro básquet, son erróneas”.

Asimismo, es realista sobre la coyuntura económica que atraviesa la Argentina y que afecta de forma directa toda posibilidad de evolución. “Que los clubes no puedan pelear económicamente y que los jugadores se vayan no es el problema, en el 2000 también pasó eso. Para mi es un tema de cómo se toman las decisiones deportivas como ente de básquet”.

Por otro lado cuestionó que también ha cambiado la mentalidad del deportista que “antes entrenaba para jugar y hoy juegan para descansar. Como entrenador tengo que mejorar la capacidad de un jugador para que se pueda desarrollar a nivel profesional”.

“El calendario que usamos no es para nosotros, es un calendario para otro país, para una competencia que es de franquicias, que tienen todos los recursos y están dentro de una sociedad que toma el deporte como un espectáculo al que va a comer y a sociabilizar. Nosotros acá vamos del lado pasional, de ver al equipo jugar bien y ganar. Es otra cosa y me parece que en el copiar y pegar el básquet argentino me parece que equivocó”, remarcó.

Otro punto señalado por el entrenador es el proceso de formación de los futuros basquetbolistas. “A mi forma de verlo en formativas no se acompaña el cambio a las nuevas formas de jugar. Es más, ocurre el efecto inverso. Hoy en día se está utilizando más la estructura táctica para que el chico juege al básquet y no se trabaja en la impronta propia del chico. Se juega para ganar y no para formar”, sostuvo.

“El chico está jugando pensado que se va a equivocar porque la táctica es para algo puntual y la haces bien o la haces mal. La impronta de desarrollo de un jugador joven tiene que ser el insistir en entrenarse lo más técnicamente posible para poder estar en el campo y disfrutarlo. Lo ideal para mi es hasta los 18 años”.

No hay que pensar de manera lineal de que a los 14 suceda esto y a los 15 esto otro. No porque los chicos a los 14 o 15 años no son todos iguales. Yo no puedo entrenar en formativas a todos por igual porque cada chico o chica necesita un nivel de corrección diferente durante su desarrollo”, destacó Siemenczuk.

“Además el jugador debe dar ese plus extra para dar el paso a la competencia de elite, pero en la mayoría de los casos la capacidad ya está en el envase. Y son distintos desde temprana edad y después se termina de pulir”, mencionó en relación y ejemplificó con el caso de los paranaenses Matías “Matute” Solanas y Luciano “Chuzito” González.

“Han evolucionado, han tenido cambios significativos técnicamente, físicamente, entendimiento de juego. Pero eso se potencia con el trabajo porque no alcanza solo con el talento. Hay muchos jugadores con talento a temprana edad pero después o no juegan más o no rinden lo que prometían. Es una cuestión de lo que tenes adentro y cómo te preocupas a llevarlo adelante”, señaló el coach.

ACTUALIDAD EN EL SABALERO

Además de su paso como entrenador en Echagüe, el paranaense cuenta con una trayectoria por las inferiores de Talleres, Estudiantes de Olavarría Tucumán BB, Independiente de Santiago del Estero, La Salle de Tarija de la Libobásquet (Liga Boliviana de Básquet) y en Unión y Colón (en la actualidad) de Santa Fe.

“La pica en el básquet no está al nivel del fútbol santafesino, hasta ahora he sido bien recibido por la gente de Colón y de Unión. El fanático no lo toma bien, pero nada es más del fútbol que del básquet no el básquet está más más claro en eso que obviamente después lo qué hagas, cómo lo respetes o cómo te manejes es lo que te permite ser aceptado”, contó.

Al ser de los clubes grandes de la capital Santafesina, Juan reconoció que implica una gran responsabilidad. “Tenes que saber que para la institución no sos el deporte número uno y que hay que adaptarse en muchas cuestiones y que a su vez tenés que tratar de convencer a todo el mundo que podés invertir en el segundo producto del club, que eso le genera prestigio y tratar de generar ese convencimiento en todo el mundo para sea lo mejor para el básquet”.

La temporada 2023/24 de la Liga Argentina de Básquet está pronto a comenzar y Colón integrará la conferencia norte donde enfrentará, entre otros a Echagüe y a Atenas de Córdoba.

“Esta temporada queremos volver a ser sólidos como el año pasado en su tercera temporada donde tuvimos récord positivo. Este año buscamos seguir apostando a un plantel más joven con perspectivas a que sea una base que se solidifique con el correr de las temporadas y vaya teniendo que ser retocada para para dar los pasos a nivel competitivo y ser protagonistas”.

“No somos presupuestariamente un equipo que pueda pelear contra los equipos de alto poder adquisitivo, entonces hay que construir la competitividad desde otro lugar y eso lleva un poquito más de tiempo pero bueno estoy convencido de que es por ahí y cuando yo me vaya de última otro entrenador va a tener una base y eso está bueno”, valoró.

Teclas de acceso