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Raúl Hardock, pionero del BMX y luchador de la vida

Por una lesión y una película se inició en la disciplina. Fue 1 del país y de los mejores en el mundo. Dejó por falta de apoyo. Tras recibir trasplante de riñón que le donó su hermana, enseña de onda a los gurises y es jurado internacional.

A Raúl Hardock una lesión en la mano le sirvió para encontrar su pasión y locura por las bicicletas. Por jugar con su hermano en el subibaja e intentar agarrar una rama, cayó al piso y se fracturó la muñeca. Haciendo reposo tras la lesión no le quedaba otra cosa más que mirar televisión y allí vio por primera vez su principal motivación: Los Bicivoladores (película estadounidense de 1986). Ahí comenzó su interés por las bicicletas y las acrobacias. De ahí la curiosidad, el esfuerzo y llegar a ser top mundial.

Desde ese entonces "jodía mucho con la bici y me arme una con varias bicicletas que tenía de casualidad porque un tiempo antes mi viejo le había comprado a un amigo una bicicletería", contó el biker paranaense que por ese entonces tenía sólo 12 años.

Tras armar su bici, también emprendió con la construcción de rampas, muy rústicas con los elementos que tenía a mano. "Eran bajas pero mi vieja cada vez que me veía se agarraba la cabeza", recordó

"Todo se fue dando de manera progresiva. Un día me enteré por un amigo que existía el circuito de BMX en el Parque Gazzano y me enloquecí. Fue un amor a primera vista. Empecé a relacionarme con los demás chicos que corrían e iba con más frecuencia y trataba de seguir a los super 20, que era la categoría más alta donde en su época había varios personajes conocidos", contó.

Al principio iba con su bici de construcción propia hasta "que un día salté y en el aire me quedé con el manubrio en la mano y caí corriendo no se cómo. Después ya era más conocido y por esas cosas me pusieron Locura Hardock. Más que nada porque era de hacer cosas poco que no correspondía en las piruetas”.

Entrenando y entrenando se fue haciendo cada vez más conocido por su forma de andar, las acrobacias y por su facilidad para armar bicicletas y rampas. Hasta una empresa local lo patrocinó para construir una rampa casi profesional para un evento de exhibición y luego recorrió toda la ciudad con esa estructura. Su calidad y buenas performance lo llevaron a las competencias nacionales.

“Pablo González, un amigo que ahora hace mountain bike, me llevó a un campeonato en Santa Fe. En la categoría experto quedé tercero, nadie lo podía creer. Entonces dije esto es lo que tengo que hacer y le di para adelante no más”, manifestó.

La vida de Raúl cambió por completo cuando en el 2013 le diagnosticaron insuficiencia renal. Desde ese momento comenzó con todos los tratamientos médicos para paliar la enfermedad hasta que le determinaron la necesidad de un trasplante de riñón. “Me creía Superman. Después de que me dijeron que era insuficiencia renal lo tiré ocho años”, remarcó.

Y explicó: “Tiene mucho que ver el tema de la nutrición, cosa que no sabía. Si haces deporte necesitas más carga de proteína. Porque para mantenerse necesitas solamente un gramo por kilo de peso y si haces deporte necesitas 1,8 de proteínas de calidad, que es el máximo que te absorbe el cuerpo. El carbohidrato puede ser una energía de momento pero no puede ser solamente eso. Todo eso lo se ahora y mis chicos lo saben gracias a mi”.

“Creo que es algo que se tiene que hablar mucho en la escuela. La alimentación es importante porque hoy se comen muchas porquerías y tienen un efecto negativo a corto o largo plazo dependiendo de la predisposición genética de cada uno”, manifestó.

“Podría haberme trasplantado antes, no sé cómo es todo eso, pero llegó un momento que era el trasplante o nada. Ya estaba en una etapa de hipercalcemia (es una enfermedad en la que el nivel de calcio en la sangre está por encima del normal) y los huesos se debilitan. Estaba cerca de la calcificación de las arterias que si eso sucedía ya no podían trasplantarme”.

El trasplante indicaba empezar un proceso de encontrar un donante y que sea compatible, pero eso no tardó en aparecer. Sus cinco hermanos estuvieron dispuestos a ser donantes y fue su hermana Inés la voluntaria y quien “colaboró con mejorar su vida”.

“Para mí es un gran orgullo haberle mejorado la vida que se venía deteriorando bastante los últimos años. Los cinco hermanos estuvimos dispuestos a donar, yo fui la primera en tomar la decisión y después los estudios dieron que éramos genéticamente idénticos, algo raro que se de porque nos llevamos 8 años de diferencia, y no se puso más en duda el tema, no lo pensé demasiado, no me afectaba en nada donarle un riñón solo los cuidados básico con buen alimentación e hidratación”, contó Inés, que es docente de geografía.

“Le voy a agradecer toda la vida por ese gesto que tuvo, al igual que a toda mi familia. Nunca dejé de hacer nada desde que me dieron el diagnóstico, pero ya venía bastante cascoteado y en una instancia que necesitaba si o si”, remarcó Raúl.

Esta experiencia de vida le enseñó muchas cosas al deportista paranaense, entre ellas es que hay que hablar de donación de órganos. “Todos tienen miedo, es lógico, pero ahora yo estoy bien, no tengo nada distinto a antes del trasplante. Es una operación heavy pero a los días ya estaba de alta con los cuidados preventivos”.

La operación sucedió en los primeros meses de 2023 y luego de un tiempo retomó a su actividad. “El médico me dijo que podía agarrar la bici a los tres meses. He hecho algunos saltos chiquitos si bien el doctor me dijo que podía hacer cualquier cosa”.

UN DEPORTISTA QUE TRASCIENDE

Raúl Hardock siempre se caracterizó por el sacrificio y el amor propio al deporte que lo ha llevado a lograr grandes resultados. Uno de estos logros lo tiene cómo anécdota ante un campeón mundial de la disciplina como el venezolano Daniel Dhers (medallista olímpico de plata en los juegos de Tokio 2020, actual número nueve del ranking mundial de BMX y ganador de múltiples medallas y torneos mundiales).

“Daniel vino en su momento a Paraná a entrenar conmigo porque quería aprender algunos trucos que a mí me salían y a él no. En uno de los tantos campeonatos que estuvimos juntos él quedó quinto y yo primero. Al tiempo fuimos invitados a los X Games en Río de Janeiro y yo no pude ir por falta de presupuesto. Daniel fue, quedó segundo en la general, lo invitaron a Estados Unidos ganó eso X Games y desbancó a Dave Mirra, uno de los mejores del BMX”, contó el paranaense.

Esta anécdota pone en evidencia la calidad deportiva del biker que hoy lo ubican como un referente del BMX. “Estuve tres años en los podios, muchas veces en el primer puesto. Eso hizo que hoy me tengan en cuenta para muchos eventos (lo suelen convocar como jurado en diferentes competencias) y me permitió hacer muchas amistades”.

Asimismo, pese a no estar tanto tiempo arriba de la bici corriendo o haciendo acrobacias, Raúl ahora está abocado a enseñar y su experiencia puede servirle de ejemplo a los nuevos biker. “Todo tiene que ser natural sin exigirse demasiado. Este deporte es un desafío personal porque continuamente haces nuevas cosas para subir un escalón y mejorar día a día”.

PROMOTOR E INVENTOR

Un poco alejado de los saltos y estilos que practicaba en su mejor época, Hardock ahora se dedica a enseñar y difundir el BMX en la ciudad. Tal es su fanatismo que en su propia casa construyó una pista que la presta para que un grupo de biker la usen. “Son para un nivel elevado”.

Paraná cuenta con un skate park que suelen usar muchos biker jóvenes y no tan jóvenes. “Hay un caudal grande de chicos y chicas, pero ninguno compite porque no hay un lugar específico para desarrollarse para ir a una competencia”, explicó.

Su impronta e constructor, que la tuvo desde el inicio construyendo sus primeras rampas, y que le valió ofertas de trabajo para armar rampas en el Fise Montpellier (competencia más grande de deportes extremos en Europa), le permitieron hacer su propia pista adaptada a sus necesidades y presupuesto.

Es así que en marzo de este año convocó a biker que la región para un evento en el patio de su casa. “Fue un lindo momento porque compartí con mis colegas y porque además anunciaron que me iban a trasplantar. Ahí explotó todo. Me acuerdo y me emociono”, comentó emocionado Raúl.

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